PIEL DE UBRIQUE
La Cuna de la Piel
El cuero ha sido utilizado a través de la historia por todas las civilizaciones.
Desde tiempos remotos se comprendió la utilidad que podía proporcionar este material resistente y flexible para la fabricación del calzado, escudos y otros útiles. Las técnicas de las curticiones, transmitidas de generación en generación, hacen que tengamos conocimiento de que la cultura romana y árabe asentadas en Ubrique nos legaran información del proceso de curtición de la piel.
En la Edad Media, estas técnicas experimentaron un gran florecimiento, acrecentado en la época Renacentista, y que desembocó en la creación del llamado “cuero estampado”.
El antecedente más claro de la actual marroquinería es la tenería, donde se curtía la piel. Aún hoy se conservan sus restos junto al río que atraviesa Ubrique y que lleva su nombre. Este proceso es largo y laborioso y su principal elemento es el agua y la cal. La piel empleada entonces, era de foca y de becerro, las piezas más antiguas que se fabricaban en Ubrique eran los precisos y las carteras de ganaderos.
El preciso, era una pequeña bolsa hecha de cuero que los arrieros se colgaban de la correa del pantalón para guardar el tabaco.
El petaquero más antiguo del que se tiene noticias fue D. Ángel Vecina de Malta, que procedente de Italia se estableció en Ubrique en el último cuarto del siglo XVIII. Este hombre se instaló en la calle Ronda y con la ayuda de su mujer y de sus hijos empezó a fabricar gran cantidad de petacas, dando un gran impulso a la industria de la piel.
Otro hombre que captó la importancia y la calidad de los artículos fabricados en Ubrique fue D. Emilio Santamaría, manchego que llegó sobre el año 1916. El fue el pionero de la comercialización marroquinera e instaló una importante fábrica que hoy día se conserva en un bonito edificio llamado ABC, popularmente conocido como Santamaría.
El trabajo de la piel ha contribuido al florecimiento económico del pueblo, y le ha situado en un lugar privilegiado dentro del panorama socioeconómico de la serranía gaditana. Sus artículos en piel son conocidos en el mundo entero, tanto por su variedad como por su calidad y acabado.